CAMBIOS EMOCIONALES EN EL ADOLESCENTE
La adolescencia es una etapa de transición entre la infancia y la vida adulta, es una edad llena de cambios rápidos en su estado físico y emocional. Es una etapa de adaptación tanto para el joven como para los propios padres y es durante este período que se definen muchos aspectos de la personalidad.
Acompañando los distintos cambios físicos que los nuevos adolescentes experimentan, pueden venir importantes cambios psicológicos. Éstos se correlacionan con la aceptación y adaptación al nuevo cuerpo, el cual evidencia una apariencia muy distinta al cuerpo de niña/o.
Durante esta etapa se producen todos los cambios hormonales y anatómicos que permiten al niño pasar a tener un cuerpo de “adulto”. Los cambios son tan rápidos, diferentes y nuevos que sorprenden a todos. Estos cambios tempranos pueden ser socialmente una ventaja para el niño, pues le dan cierta superioridad entre sus amigos, le facilita sus condiciones para la realización de actividades deportivas; en cambio para las niñas el desarrollo temprano puede a veces ser un problema.
CAMBIOS COGNITIVOS
Es en la adolescencia cuando se produce el paso del pensamiento lógico del niño, al pensamiento abstracto propio de los adultos. Puede empezar a formular hipótesis, razonar acerca de ellas y extraer sus propias conclusiones. A partir de esta nueva forma de pensar le será posible cuestionar el mundo, poner en tela de juicio todo aquello que hasta ahora era incuestionable.
Piensa sobre sus propios pensamientos y puede orientar su afecto hacia determinadas ideas y valores.
Los niños pequeños no suelen pensar mucho en su futuro pero, los adolescentes suelen hacerlo con frecuencia. Empiezan a preocuparse por muchos aspectos que antes no les daban importancia: rendimiento en el colegio, apariencia física, empleo futuro, muerte, pobreza o hambre en el mundo…
Les cuesta tomar decisiones porque aún no tienen recursos. Tienden más a satisfacer sus necesidades inmediatas, sin valorar las consecuencias a largo plazo.
CAMBIOS PSICOLÓGICOS
Necesidad de intimidad
El adolescente necesita su propio espacio. Por ello muchas veces se aísla en su habitación y se enfada cuando otros miembros de la familia pretenden “invadir su espacio”.
Deja de contar muchas cosas sobre su vida a los padres y ante cualquier pregunta se siente invadido.
Egocentrismo y preocupación por la opinión de los demás
En esta etapa aunque la atención se centra en uno mismo, se empiezan a preocupar mucho por la opinión de los demás, fundamentalmente los amigos.
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